Qué me hace ser ecuatoriana
Spondylus con incrustaciones de turquesa. 900–1470 (d.C)
A Beatriz, esta bitácora de viaje para que no pierdas los pasos.
Por Betty Aguirre
El brillo del Inti en el spondylus
La existencia circular de Ingapirca
Los pasos del Inca en Guapondelig
El cielo humeante y gris mientras Benalcázar funda Quito sobre las ruinas de la villa incendiada por Rumiñahui
La sordera de Atahualpa que no pudo
escuchar a Dios
El reflejo del cielo en Colta cuando la
fundación de Riobamba
El aroma dulce del maíz
El grito de guerra de Tumbalá ante el espanto de Valverde
El aroma dulce del maíz
El grito de guerra de Tumbalá ante el espanto de Valverde
Los ojos de Cristos agonizantes que acompañan a Gaspar de Sangurima en su taller
Las miles de manos indias que tejieron el esplendor de La Compañia
La áspera orfandad de la Chilintosa arrojada por la ira de su Taita Cotopaxi
Las miles de manos indias que tejieron el esplendor de La Compañia
Infierno, de Hernando de la Cruz, 1620.
La áspera orfandad de la Chilintosa arrojada por la ira de su Taita Cotopaxi
La epifanía de Legarda dibujando las etéreas alas de la Virgen
La docilidad de los terremotos ante las plegarias de Mariana de Jesús mientras riega con su sangre las azucenas del jardín
La amorosa danza entre Manuelita y Bolívar en un frío salón de Quito
Los caminos vecinales de Latacunga
Los caminos vecinales de Latacunga
El secreto murmullo de los sables de Bolívar y San
Martín mientras estrechan un Adiós y crean un pais
Los perfumados canelazos en casa de
Manuela Cañizares llamando a la Libertad
La opulencia de los Danzantes de Pujilí
La lealtad de Antonio José de Sucre
La opulencia de los Danzantes de Pujilí
La lealtad de Antonio José de Sucre
El ruido en la calle mientras Olmedo anuncia
la Independencia de Guayaquil
La silla en la que García Moreno
asistió a su propio funeral
Las callecitas de Alausí
La poderosa voz de Dolores Cacuango en el Congreso
El perfumado brillo de la hoja de queso
El crujir de las allullas mientras suenan las campanas
El delgado aire que respira Von Humbolt sobre el Chimborazo.
Las callecitas de Alausí
La poderosa voz de Dolores Cacuango en el Congreso
El perfumado brillo de la hoja de queso
El crujir de las allullas mientras suenan las campanas
El delgado aire que respira Von Humbolt sobre el Chimborazo.
Chimborazo, 1810. Acuarela. Von Humbolt y Bonpland
La cadencia de las polleras junto al Tomebamba
La brisa en el huerto de Atocha mientras León Mera escribe la letra del Himno Nacional
Los dulces de Corpus Christi
Los dulces de Corpus Christi
El cielo de París que despide a Juan
Montalvo
El llamado de los capulíes que se reflejan en tus ojos
La fatigada devoción que sube por las 144 gradas del Santuario de Biblián
Nela Martínez en Coyoctor, Nela en las calles, Nela junto a Dolores.. siempre Nela
El lenguaje colorido de las chumbis
La fatigada devoción que sube por las 144 gradas del Santuario de Biblián
Nela Martínez en Coyoctor, Nela en las calles, Nela junto a Dolores.. siempre Nela
El lenguaje colorido de las chumbis
La amarillenta y furibunda firma de Solano en “La Escoba” N.21 contra Dolores Ventimilla y que al
revés reza: ¡Y amarle pude!
El hedor eterno de la Hoguera Bárbara
Las cruces sobre el agua, 1922
La goteante pluma que firmó el Protocolo
de Rio de Janeiro.
El tedio de las masas que escuchan a
Velasco Ibarra
El mar de Manabí
Jefferson Pérez en Atlanta
Las manos de mi Madre
La amarilla generosidad del plátano
La Mama Negra y su Baltazara
El incumplimiento de Cantuña
El eterno abrazo de los Amantes de Sumpa
El mar de Manabí
Jefferson Pérez en Atlanta
Las manos de mi Madre
La amarilla generosidad del plátano
La Mama Negra y su Baltazara
El incumplimiento de Cantuña
El eterno abrazo de los Amantes de Sumpa
El altruismo de Benjamín Carrión
El llamado de la marimba
Los que se van
El llamado de la marimba
Los que se van
Las cartas que vuelan entre Nela Martínez y Joaquín Gallegos-Lara.
Nuestro juramento
.. en el vientre oscuro y fresco de una vasija
de barro
El vapor de la olla de fanesca
La estruendosa muerte Jaime Roldós
La sal con que bautizan a los chullas
La sal con que bautizan a los chullas
La gigantesca ola que nos arrastra a millones
fuera del país, 1999
El rojo que tiñe Yahuarchocha
El rojo que tiñe Yahuarchocha
La infancia y las guaguas de pan
La voluptuosidad de la espumilla
El viento que baila en los trigales de Cañar
La decepción que día a día se adhiere al Mural de la Patria
Dolores, Tránsito y Nina
El viento que baila en los trigales de Cañar
La decepción que día a día se adhiere al Mural de la Patria
Dolores, Tránsito y Nina
La correa que azota el porvenir
Si, el silencioso estruendo fué mortal para todos, tanto como Nuestro Juramente..
ResponderEliminarGracias Patricia.
Eliminar... Si fuimos las guaguas de pan y poco a poco se nos impregna en el corazon Tel alma ese aroma y sabor y ycolor a colada morada....especialmente te cuando saltamos en la ola que nos saco de nuestra tricolor Ecuatoriana...
ResponderEliminarGracias.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHace unos años quería dar respuesta a la pregunta: ¿Quiénes somos los ecuatorianos?, mi lista empezaba indicando que nuestras manos se enterraron en una prrodigiosa y fértil tierra para sembrar maiz, yuca, plátano y cacao, las que son diestras para moldear el barro en La Victoria y para hacer Panama Huts en Montecriti, estas mismas manos empuñaron un fusil junto a Bolívar y un machete junto a Alfaro y nos dieron dignidad, un chagra con botas nacionalizó el petróleo, un montubio colmaba los bares para escuchar sus melodías que narran el día a día. Tenemos el carácter de Rumiñahui y la sal de Don Evaristo, y como bien lo dijo aquel sabio alemán que visitó nuestras tierras: "Somos únicos e incomparables, dormimos tranquilos en medio de crujientes volcanes, vivimos pobres en medio de incomparables riquezas y nos alegramos con música triste".
ResponderEliminarGracias Eduardo. Sé que siempre estamos buscando respuestas.
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